El curso de Administración y Gestión Educativa está ubicado en el quinto semestre de la licenciatura en educación, tiene una carga semestral de 4 horas y su valor crediticio es de 8, presentando una relación horizontal con los cursos: Asesoría y trabajo con grupos, dos cursos específicos y uno optativo. Sin embargo, se la teme, como si se [68] supiese con certeza que es el mayor de todos los males. Veréis claramente, atenienses, que yo no escojo más que lo que merezco. {2} Se llamaban así los poetas que hacían himnos en honor de Baco. ¿Quiénes son, Diotima, entonces, los que aman la sabiduría, si no son ni los sabios ni los ignorantes? Las almas de los que se llaman inmortales, cuando han subido a lo más alto del cielo, se elevan por cima de la bóveda celeste y se fijan sobre su convexidad; entonces se ven arrastradas por un movimiento circular, y contemplan durante esta evolución lo que se halla fuera de esta bóveda, que abraza el universo. el banquete la enciclopedia libre. Veo muchos que están presentes, como Critón, que es de mi pueblo y de mi edad, padre de Critobulo, que aquí se halla; Lisanias de Sfettios, padre de Esquines, también presente; Antifon, también del pueblo de Cefisa y padre de Epigenes; y muchos otros, cuyos hermanos han estado en relación conmigo, como Nicostrates, hijo de Zotidas y hermano de Teodoto, que ha muerto y que por lo tanto no tiene necesidad del socorro [75] de su hermano. Pero en los ritos finales y suprema revelación, por cuya causa existen aquéllas, si se procede correctamente, no sé si serías capaz de iniciarte. {5} Sócrates se distinguió por su valor en los dos primeros sitios, y en la batalla de Delio salvó la vida a Xenofonte, su discípulo, y a Alcibíades. Al llegar, el anfitrión saluda con calidez a Aristodemos y le pide que se siente junto a Erixímaco.Sócrates, sumido en sus pensamientos, permanece afuera, lo que desconcierta a los presentes. Así, pues, según se desprende de este razonamiento, necesariamente el amor es también amor de la inmortalidad. ¿Qué sentido ocultan estas palabras? Estaba bien convencido de que yo nada entendía de su profesión, que los encontraría muy capaces de hacer muy buenas cosas, y en esto no podía engañarme. WebEn boca de Charles H. Kahn, “Lo que aporta de nuevo la teoría del Banquete, y que se anuncia por vez primera en el relato mítico que narra Aristófanes, es la idea de que la … {11} La ley permitía al acusado condenarse a una de estas tres penas; prisión perpetua, multa, destierro. ¿O te atreverías a afirmar que alguno de entre los dioses no es bello y feliz? Sócrates se dirige a un banquete en casa de Agatón. Dices bien. Entre las otras almas, la que sigue a las almas divinas con paso más igual y que más las imita, levanta la cabeza de su cochero hasta las regiones superiores, y se ve arrastrada por el movimiento circular; pero, molestada por sus corceles, apenas puede entrever las esencias. Así es como lo ha ofrecido por juramento, y no está en su poder hacer gracia a quien le agrade, porque está en la obligación de hacer justicia. Mira, pues, Fedro, si hay necesidad todavía de un discurso de esta clase y quieren oír expresamente la verdad sobre Eros, pero con las palabras y giros que se me puedan ocurrir sobre la marcha. ¿Pero cómo, entre los seres animados, unos son llamados mortales y otros inmortales? De suerte, atenienses, que tengo parientes y tengo tres hijos, de los cuales el mayor está en la adolescencia y los otros dos en la infancia, y sin embargo, no les haré comparecer aquí para comprometeros a que me absolváis. ¿Qué hombre conocemos que sea capaz de dar lecciones sobre los deberes del hombre y del ciudadano? Alguno de vosotros incidirá quizá: —Pero Sócrates, ¿qué es lo que haces? Con respecto a mí, confieso que me he desconocido a mí mismo; tan persuasiva ha sido su manera de decir. En el ámbito interno es el tiempo de la teología de los Padres de la Iglesia, del nacimiento del monacato y de las grandes disputas doctrinales: a) en Oriente, la disputa trinitaria (siglo IV) y la cristológica (siglos V, VI y VII); b) en Occidente, la cuestión de la gracia (pelagianismo) y la disputa sobre la Iglesia y su santidad objetiva (donatistas): es el tiempo de san Agustín. Tú creíste, según me parece deducirlo de lo que dices, que Eros era lo amado y no lo que ama. Sea así, extranjera, pues hablas bien. Ni tampoco se le aparecerá esta belleza bajo la forma de un rostro ni de unas manos ni de cualquier otra cosa de las que participa un cuerpo, ni como razonamiento, ni como una ciencia, ni como existente en otra cosa, por ejemplo, en un ser vivo, en la tierra, en el cielo o en algún otro, sino la belleza en sí, que es siempre consigo misma específicamente única, mientras que todas las otras cosas participan de ella de una manera tal que el nacimiento y muerte de éstas no le causa ni aumento ni disminución, ni le ocurre absolutamente nada. Pero respóndeme todavía un poco más. ¿Crees que lo que no sea bello necesariamente habrá de ser feo? ¿O cómo piensas tú? Repitamos esta última acusación, como hemos enunciado la primera. Su Academia existió hasta el año 529 a. El impacto de Platón en el pensamiento judío es obvio en la obra del filósofo alejandrino del siglo I Filón de Alejandría. Y ella, como los auténticos sofistas, me contestó: Por supuesto, Sócrates, ya que, si quieres reparar en el amor de los hombres por los honores, te quedarías asombrado también de su irracionalidad, a menos que medites en relación con lo que yo he dicho, considerando en qué terrible estado se encuentran por el amor de llegar a ser famosos y dejar para siempre una fama inmortal. Llevado por mi ingenuidad, creía, en efecto, que se debía decir la verdad sobre cada aspecto del objeto encomiado y que esto debía constituir la base, pero que luego deberíamos seleccionar de estos mismos aspectos las cosas más hermosas y presentarlas de la manera más atractiva posible. Lo dicho basta para los que me han condenado, y los entrego a sus propios remordimientos. Por esto, aún más que por sus hijos, están dispuestos a arrostrar todos los peligros, a gastar su dinero, a soportar cualquier tipo de fatiga y a dar su vida. {8} Cuando Sócrates fue condenado, Apolodoro exclamó: ¡Sócrates, lo que me aflige más es verte morir inocente! Me condeno pues a treinta minas, y he aquí mis fiadores, que ciertamente son de mucho abono. Un gran demon [genio o espíritu intermedio entre los Dioses y los hombres], Sócrates. Me conduciría de una manera singular y extraña, atenienses, si después de haber guardado fielmente todos los puestos a que me han destinado nuestros generales en Potidea, en Anfipolis y en Delio{5} y de haber expuesto mi vida tantas veces, ahora que el Dios me ha ordenado, porque así lo creo, pasar mis días en el estudio de la filosofía, estudiándome a mí mismo y estudiando a los demás, abandonase este puesto por miedo a la muerte o a cualquier otro peligro. Pero aún sería un placer infinitamente más grande para mí pasar allí los días, interrogando y examinando a todos estos personajes, para distinguir los que son verdaderamente sabios de los que creen serlo y no lo son. Tras la muerte de Sócrates, Platón se niega a colaborar con cualquier régimen de gobierno y se retiró a dedicarse a la meditación filosófica y a la tarea de escritor. Así, pues, en razón de su fecundidad, se apega a los cuerpos bellos más que a los feos, y si se tropieza con un alma bella, noble y bien dotada por naturaleza, entonces muestra un gran interés por el conjunto; ante esta persona tiene al punto abundancia de razonamientos sobre la virtud, sobre cómo debe ser el hombre bueno y lo que debe practicar, e intenta educarlo. WebRESUMEN DE “EL BANQUETE” DE PLATÓN Hay un banquete al que van invitados muy importantes, entre ellos Sócrates. Al estar en medio de unos y otros llena el espacio entre ambos, de suerte que el todo queda unido consigo mismo como un continuo. Y así, el que es sabio en tales materias es un hombre DEMÓNICO, mientras que el que lo es en cualquier otra cosa, ya sea en las artes o en los trabajos manuales, es un SIMPLE ARTESANO. No quiero hablar de la Sibila, ni de todos aquellos, que habiendo recibido de los dioses el don de profecía, han inspirado a los hombres sabios pensamientos, anunciándoles el porvenir, porque sería extenderme inútilmente sobre una cosa que nadie ignora. Al morir, alados y aliviados de todo peso grosero, salen vencedores en uno de los tres combates que se pueden llamar verdaderamente olímpicos; y es tan grande este bien, que ni la sabiduría humana, ni el delirio que viene de los dioses, pueden proporcionar otro mejor al hombre. Los invitados comienzan a disculparse, momento en el que Aristodemo se duerme. —¿Quién es, le repliqué, de dónde es, y cuánto lleva? ¿Hay alguno que quiera más recibir mal que bien? Este diálogo no tiene la estructura socrática de preguntas y respuestas sino que cada personaje interviene para exponer sus ideas sobre Eros. Todo esto, en efecto, me enseñaba siempre que hablaba conmigo sobre cosas del amor. He aquí, atenienses, la verdad pura; no os oculto ni disfrazo nada, aun cuando no ignoro que cuanto digo no hace más que envenenar la llaga; y esto prueba que digo la verdad, y que tal es el origen de estas calumnias. Estos no harían morir a nadie por este examen, porque además de que son más dichosos que nosotros en todas las cosas, gozan de la inmortalidad, si hemos de creer lo que se dice. Dicho esto, ¿de qué soy digno? Hela aquí, poco más o menos: Sócrates es culpable, porque corrompe a los jóvenes, porque no cree en los dioses del Estado, y porque en lugar de éstos pone divinidades nuevas bajo el nombre de demonios. Intenta, entonces -prosiguió Sócrates-, decir lo mismo acerca del amor. En este sentido, me interesa poner de manifiesto que los movimientos dramáticos con que Platón ilustra a estos personajes están A … Para esto examiné las obras suyas que me parecieron mejor trabajadas, y les pregunté lo que querían decir, y cuál era su objeto, para que me sirviera de instrucción. ¿Y cómo podrían estar de acuerdo, Sócrates, en que es un gran Dios aquellos que afirman que ni siquiera es un Dios? Escuchadme, pues. Ahora bien, cuando uno de éstos se siente desde joven fecundo en el alma, siendo de naturaleza divina, y, llegada la edad, desea ya procrear y engendrar, entonces busca también él, creo yo, en su entorno la belleza en la que pueda engendrar, pues en lo feo nunca engendrará. ¿Pero no se ha acordado que ama aquello de lo que está falto y no posee? [74]. Honrado es también entre nosotros Solón, por haber dado origen a nuestras leyes, y otros muchos hombres lo son en otras muchas partes, tanto entre los griegos como entre los bárbaros, por haber puesto de manifiesto muchas y hermosas obras y haber engendrado toda clase de virtud. Resumen El Banquete De Platon. Cuando, a fuerza de sufrir, el corcel vicioso ha visto abatido su furor, baja la cabeza y sigue la dirección que desea el cochero, y al percibir el objeto bello se muere de terror. ¿No lo dijiste más o menos así? Hubiera sido para vosotros una gran satisfacción haberme visto lamentar, suspirar, llorar, suplicar y cometer todas las demás bajezas que estáis viendo todos los días en los acusados. Pero, según parece, no era éste el método correcto de elogiar cualquier cosa, sino que, más bien, consiste en atribuir al objeto elogiado el mayor número posible de cualidades y las más bellas, sean o no así realmente; y si eran falsas, no importaba nada. WebLa estructura de la Apología de Sócrates que sugiere el texto1, es como sigue: Sócrates expone 1) los dos tipos de acusadores que tiene: los antiguos y los nuevos, posterior a … Por el camino Sócrates se fue quedando un poco atrás, cuando llegaron a la casa de Agatón entró primero y solo Aristodemo y cuando llego a la sala y losdemás lo vieron preguntaron por Sócrates, él les dijo que se quedara atrás reflexionando y que enseguida entraría, esperaron un rato pero al ver que no venía empezaron a comer, cuando iban por la mitaddel banquete entró … ¿Reconoces entonces todavía que Eros es bello, si esto es así? De ahí, precisamente, que al que está fecundado y ya abultado le sobrevenga el fuerte arrebato por lo bello, porque libera al que lo posee de los grandes dolores del parto. ¿No hay que añadir que aman también poseer el bien? -le dije yo-. Tales son, mi querido joven, los maravillosos y divinos bienes que te procurará la afección de un amante; pero la amistad de un hombre sin amor, que sólo cuenta [307] con una sabiduría mortal, y que vive entregado por entero a los vanos cuidados del mundo, no puede producir, en el alma de la persona que ama, más que una prudencia de esclavo, a la que el vulgo da el nombre de virtud, pero que le hará andar errante, privado de razón en la tierra y en las cavernas subterráneas durante nueve mil años. Cuando el gusto del bien, que la razón nos inspira, se apodera del alma entera, se llama sabiduría; cuando el deseo irreflexivo que nos arrastra hacia el placer llega a dominar, recibe el nombre de intemperancia. Fuente | Obras completas de Platón, por Patricio de Azcárate, tomo primero, Madrid 1871, páginas 49-86. Eros, efectivamente, es como he dicho y ha nacido así, pero a la vez es amor de las cosas bellas, como tú afirmas. El Banquete de PLaton compuesto en el año 380 adC habla principalmente sobre el amor y la belleza. [65]. Esto es tan absurdo como creer que hay mulos nacidos de caballos y asnos, y que no hay caballos ni asnos. En fin, lo mismo sucede con todos los deseos de esta clase, y nadie ignora los nombres degradantes que suelen aplicarse a los que son víctimas de su tiranía. Pues, ¿crees tú que Alcestis hubiera muerto por Admeto o que Aquiles hubiera seguido en su muerte a Patroclo o que vuestro Codro se hubiera adelantado a morir por el reinado de sus hijos, si no hubiera creído que iba a quedar de ellos el recuerdo inmortal que ahora tenemos por su virtud?Ni mucho menos, sino que más bien, creo yo, por inmortal virtud y por tal ilustre renombre todos hacen todo, y cuanto mejores sean, tanto más, pues aman lo que es inmortal. Ahora bien, esa voluntad y ese deseo, ¿crees que es común a todos los hombres y que todos quieren poseer siempre lo que es bueno? El epicureísmo es un movimiento filosófico fundado alrededor del 307 a. C. basado en las enseñanzas del antiguo filósofo griego Epicuro de Samos, el cual fundó una escuela llamada "El Jardín" y cuyas ideas fueron seguidas por otros filósofos, llamados "epicúreos". Si es esto lo que pretenden, confieso que soy un gran orador; pero no lo soy a su manera; porque, repito, no han dicho ni una sola palabra verdadera, y vosotros vais a saber de mi boca la pura verdad, no, ¡por Júpiter!, en una arenga vestida de sentencias brillantes y palabras escogidas, como son los discursos de mis acusadores, sino en un lenguaje sencillo y espontáneo; porque descanso en la confianza de que digo la verdad, y ninguno de vosotros debe esperar otra cosa de mí. ¿Y quién desearía precisamente tener lo que ya tiene? Y así también respecto a Eros, puesto que tú mismo estás de acuerdo en que no es ni bueno ni bello, no creas tampoco que ha de ser feo y malo, sino algo intermedio entre estos dos. —Sí, me respondió Callias. ¿Creéis que yo hubiera sido condenado, si no hubiera reparado en los medios para defenderme? Veréis que todos estos están dispuestos a defenderme, a mí que he corrompido y perdido enteramente a sus hijos y hermanos, si hemos de creer a Melito y a Anito. Cada uno de nosotros debe reconocer que hay dos principios que le gobiernan, que le dirigen, y cuyo impulso, cualquiera que sea, determina sus movimientos: el uno es el deseo instintivo del placer, y el otro el gusto reflexivo del bien. Por otra parte te suplico, ¡por Júpiter!, Melito, me respondas a esto. El alma que ha visto, lo mejor posible, las esencias y la verdad, deberá constituir un hombre, que se consagrará a la sabiduría, a la belleza, a las musas y al amor; la que ocupa el segundo lugar será un rey justo o guerrero o poderoso; la de tercer lugar, un político, un financiero, un negociante; la del cuarto, un atleta infatigable o un médico; la del quinto, un adivino o un iniciado; la del sexto, un poeta o un artista; la del sétimo, un obrero o un labrador; la del octavo, un sofista o un demagogo; la del noveno, un tirano. ¿Acaso crees que es vana la vida de un hombre que mira en esa dirección, que contempla esa belleza con lo que es necesario contemplarla y vive en su compañía? Cuando un hombre apercibe las bellezas de este mundo y recuerda la belleza verdadera, su alma toma alas y desea volar; pero sintiendo su impotencia, levanta, como el pájaro, sus miradas al cielo, desprecia las ocupaciones de este mundo, y se ve tratado como insensato. Con respecto a mí, me atengo a mi castigo, y ellos se atendrán al suyo. En cambio, los que son fecundos según el alma […] pues hay, en efecto, quienes conciben en las almas aún más que en los cuerpos lo que corresponde al alma concebir y dar a luz. La vista es, en efecto, el más sutil de todos los órganos del cuerpo. Luego que de él me separé, razonaba conmigo mismo, y me decía: —Yo soy más sabio que este hombre. [303]. Y es necesario, según lo acordado, desear la inmortalidad junto con el bien, si realmente el amor tiene por objeto la perpetua posesión del bien. Es justo que comience por responder a mis primeros acusadores, y por refutar las primeras acusaciones, antes de llegar a las últimas que se han suscitado contra mí. Esta objeción me parece justa. En este banquete, Erixímaco propone que cada uno de los presentes haga un discurso en alabanza del Amor, de Eros. Entonces, Fedro y los demás le exhortaron a hablar como él mismo pensaba que debía expresarse. En efecto, puesto que has encontrado al que los corrompe, y hasta le has denunciado ante los jueces, es preciso que digas quién los hará mejores. Que pasareis el resto de vuestra vida en un adormecimiento profundo, a menos que el Dios no tenga compasión de vosotros, y os envíe otro hombre que se parezca a mí. ¿Es uno solo o hay un cierto número de picadores que puedan hacerlos mejores? Precisamente, por eso, yo afirmo que todo hombre debe honrar a Eros, y no sólo yo mismo honro las cosas del Amor y las practico sobremanera, sino que también las recomiendo a los demás y ahora y siempre elogio el poder y valentía de Eros, en la medida en que soy capaz. »Que el amor es un deseo, es una verdad evidente; así como es evidente que el deseo de las cosas bellas no es siempre el amor. El alma no puede volver a la estancia de donde ha partido, sino después de un destierro de diez mil años: porque no recobra sus [296] alas antes, a menos que haya cultivado la filosofía con un corazón sincero o amado a los jóvenes con un amor filosófico. La Divinidad no puede mentir. Pues bien, si crees que el amor es por naturaleza amor de lo que repetidamente hemos convenido, no te extrañes, ya que en este caso, y por la misma razón que en el anterior, la naturaleza mortal busca, en la medida de lo posible, existir siempre y ser inmortal. (tr.) Pero yo no conocía en verdad este modo de hacer un elogio y sin conocerlo les prometí hacerlo también yo cuando llegara mi turno. Apenas se aproximan, el corcel malo se echa, se estira, y, entregándose a movimientos libidinosos, muerde el freno y se atreve a todo con desvergüenza. ¿No sucede esto mismo con todos los animales? Si me concedéis esta gracia, lo mismo yo que mis hijos no podremos menos de alabar vuestra justicia. Cuando el deseo irracional, sofocando en nuestra alma este gusto del bien, se entrega por entero al placer que promete la belleza, y cuando se lanza con todo el enjambre de deseos de la misma clase sólo a la belleza corporal, su poder se hace irresistible, y sacando su nombre de esta fuerza omnipotente, se le llama amor.». Y no sólo en su cuerpo, sino también en el alma: los hábitos, caracteres, opiniones, deseos, placeres, tristezas, temores, ninguna de estas cosas jamás permanece la misma en cada individuo, sino que unas nacen y otras mueren. Esta visión le llena de un terror religioso, se echa atrás, y esto le obliga a tirar de las riendas con tanta violencia, que los dos corceles se encabritan al mismo tiempo, el uno de buena gana, porque no está acostumbrado a hacer resistencia, el otro de mala porque siempre tiende a la violencia y a la rebelión. Abrir el menú de navegación. Cuando es el deseo de la bebida el que ejerce esta tiranía, ya se sabe el título injurioso que se da al que a él se abandona. Mientras reculan, el uno, lleno de pudor y de arrobamiento, inunda el alma toda de sudor; el otro, insensible ya a la impresión del freno y al dolor de su caída, apenas tomó aliento, prorrumpió en gritos de furor, vertiendo injurias contra su guía y su compañero, echándoles en cara el haber abandonado por cobardía y falta de corazón su puesto y tratándoles de perjuros. -Eros es el dios másanciano. ¿Qué trasporte de alegría no tendría yo cuando me encontrase con Palamedes, con Afax, hijo de Telamón, y con todos los demás héroes de la antigüedad, que han sido víctimas de la injusticia? sino que he nacido como los demás hombres. Algunos homerianos nos citan, según creo, dos versos de su poeta, que han conservado, uno de los cuales es muy injurioso al amor y verdaderamente poco conveniente. Ya sabéis qué hombre era Querefon, y cuán ardiente era en cuanto emprendía. Pudor tengo, atenienses, en deciros la verdad; pero no hay remedio, es preciso decirla. En el camino se encuentra con Aristodemos y lo invita a acompañarlo, aunque él no está invitado. Lo que sé de cierto es que cometer injusticias y desobedecer al que es mejor y está por cima de nosotros, sea Dios, sea hombre, es lo más criminal y lo más vergonzoso. A través de él funciona toda la adivinación y el arte de los sacerdotes relativa tanto a los sacrificios como a los ritos, ensalmos, toda clase de mántica y de magia. Uno de los dos corceles, decíamos, es de buena raza, el otro es vicioso. 47 Páginas • 760 Visualizaciones. Y, sin embargo -continuó Sócrates-, hablaste bien, Agatón. En efecto, al estar en contacto, creo yo, con lo bello y tener relación con ello, da a luz y procrea lo que desde hacía tiempo tenía concebido, no sólo en su presencia, sino también recordándolo en su ausencia, y en común con el objeto bello ayuda a criar lo engendrado, de suerte que los de tal naturaleza mantienen entre sí una comunidad mucho mayor que la de los hijos y una amistad más sólida, puesto que tienen en común hijos más bellos y más inmortales. Francisco José de Goya y Lucientes [1] (Fuendetodos, 30 de marzo de 1746-[2] Burdeos, 16 de abril de 1828) [a] fue un pintor y grabador español.Su obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado y el dibujo. Diotima convierte lo bello y lo bueno como si de los … Es más largo de contar, pero, con todo, te lo diré Sócrates. A este hombre le daré una respuesta muy decisiva, y le diré que se engaña mucho al creer que un hombre de valor tome en cuenta los peligros de la vida o de la muerte. Deben disimularse estos rodeos, debidos al recuerdo de una felicidad que no existe y que echamos de menos. Apolodoro es interrogado por Glaucón y otros amigos que desean saber sobre una reunión celebrada en casa de Agatón años atrás. ¡Qué encantador espectáculo nos ofrece la inmensidad del cielo, cuando los inmortales bienaventurados realizan sus revoluciones llenando cada uno las funciones que les están encomendadas! A su vista, el recuerdo del cochero se fija en la esencia de la belleza; y se figura verla, como en otro tiempo, en la estancia de la pureza, colocada al lado de la sabiduría. No te extrañes, pues, si todo ser estima por naturaleza a su propio vástago, pues por causa de inmortalidad ese celo y ese amor acompaña a todo ser. No me parece regular ni honesto que vaya yo a emplear esta clase de medios a la edad que tengo y con toda mi reputación verdadera o falsa; basta que la opinión generalmente recibida sea que Sócrates tiene alguna ventaja sobre la mayor parte de los hombres. Pero continúa respondiéndome. ¡Ah! ¿No sabes -dijo- que el opinar rectamente, incluso sin poder dar razón de ello, no es ni saber, pues una cosa de la que no se puede dar razón no podría ser conocimiento, ni tampoco ignorancia, pues lo que posee realidad no puede ser ignorancia? Dicho esto no tengo nada que añadir. {12} Los ciudadanos de grandes servicios eran mantenidos en el Pritaneo con los cincuenta senadores en ejercicio. La tribu Antioquida, a la que pertenezco, estaba en turno en el Pritaneo, cuando contra toda ley os empeñasteis en procesar, bajo un contesto, a los diez generales que no habían enterrado los cuerpos de los ciudadanos muertos en el combate naval de las Arginusas{6}; injusticia que reconocéis y de la que os arrepentisteis despees. He aquí por qué la voz divina nada me ha dicho este día. ¡Ah! Por esta razón es justo que el pensamiento del filósofo tenga solo alas, pensamiento que se liga siempre cuanto es posible por el recuerdo a las esencias, a que Dios mismo debe su divinidad. «¿Y cómo, feliz Erixímaco, no voy a estarlo -dijo Sócrates-, no sólo yo, sino cualquier otro, que tenga la intención de hablar después de pronunciado un discurso tan espléndido y variado? Períodos platónicos. Por lo pronto, el guía y el compañero se resisten, se indignan contra esta violencia odiosa y culpable; pero al fin, cuando el mal no tiene límites, se dejan arrastrar, ceden al corcel furioso, y prometen consentirlo todo. ¿Te parece que sucederá lo mismo con los caballos? Es preciso persuadirle y convencerle, porque el juez no está sentado en su silla para complacer violando la ley, sino para hacer justicia obedeciéndola. La mejor manera de hacer que alguien haga lo que quieres que haga, es logrando que esa persona quiera hacerlo. Pues bien; di a los jueces cuál será el hombre que mejorará la condición de los jóvenes. No pretendas, por tanto, que lo que no es bello sea necesariamente feo, ni lo que no es bueno, malo. Si es cierto que lo que se mueve por sí mismo no es otra cosa que el alma, se sigue necesariamente, que el alma no tiene, ni principio, ni fin. En este banquete, Erixímaco propone que cada uno de los presentes haga un discurso enalabanza del Amor, de Eros. Seguidme, pues, atenienses, os lo suplico, y como os dije al principio, no os irritéis contra mí, si os hablo a mi manera ordinaria. En cuanto a la belleza, ella brilla, como ya he dicho, entre todas las demás esencias, y en nuestra estancia terrestre, donde lo eclipsa todo con su brillantez, la reconocemos por el más luminoso de nuestros sentidos. Si Fedro y yo te hemos ultrajado al principio groseramente, no acuses más que a Lisias, origen de este discurso; haz que renuncie a esas composiciones frívolas, y llámale hacia la filosofía, que su hermano Polemarco ha abrazado ya, con el fin de que su amante, que me escucha, libre de la incertidumbre que ahora le atormenta, pueda consagrar, sin miras secretas, su vida entera al amor dirigido por la filosofía». Queda, pues, demostrado, que lo que se mueve por si mismo es inmortal, y nadie temerá afirmar, que el poder de moverse por sí mismo es la esencia del alma. «Yo no sé, atenienses, la impresión que habrá hecho en vosotros el discurso de mis acusadores. Si el hombre enamorado ha sido uno de los que antes siguieron a Júpiter, tiene más fuerza para resistir al Dios [301] alado que ha venido a caer sobre él; los que han sido servidores de Marte y le han seguido en su revolución alrededor del cielo, cuando se ven invadidos por el amor, y se creen ultrajados por el objeto de su pasión, se ven arrastrados por un furor sangriento, que los lleva a inmolarse con su ídolo. Algunos piensan que (Platón) Sócrates se la inventa para hacer más digerible lo que quiere decir, que en realidad sería lo que habría estado pensando Sócrates cuando se quedó parado en la puerta al principio de la obra. In document Platon - El Banquete.doc (página 36-55) ¿Y cómo, feliz Erixímaco, no voy a estarlo –dijo Sócrates–, no sólo. RESUMEN DE “EL BANQUETE” DE PLATÓN Hay un banquete al que van invitados muy importantes, entre ellos Sócrates. ¿Y qué? La esencia sin color, sin forma, impalpable, no puede contemplarse sino por la [294] guía del alma, la inteligencia; en torno de la esencia está la estancia de la ciencia perfecta que abraza la verdad toda entera. Y si los demonios son hijos de los dioses, hijos bastardos, si se quiere, puesto que se dice que han sido habidos de ninfas o de otros seres mortales, ¿quién es el hombre que pueda creer que hay hijos de dioses, y que no hay dioses? Atenienses, no es lo difícil evitar la muerte; lo es mucho más evitar la deshonra, que marcha más ligera que la muerte. Los que han viajado en la comitiva de Juno buscan un alma regia, y desde que la han encontrado, obran para [302] con ella de la misma manera. Considera, pues -continuó Sócrates-, si en lugar de probablemente no es necesario que sea así, esto es, lo que desea aquello de lo que está falto y no lo desea si no está falto de ello. Lo que está falto de belleza y no la posee en absoluto, ¿dices tú que es bello? Un día, habiendo partido para Delfos, tuvo el atrevimiento de preguntar al oráculo (os suplico que no os irritéis de lo que voy a decir), si había en el mundo un hombre más sabio que yo; la Pythia le respondió, que no había ninguno. Ya sabéis, atenienses, que jamás he desempeñado ninguna magistratura, y que tan sólo he sido senador. Porque es preciso presentar en forma su acusación, como si apareciese escrita y con los juramentos recibidos. Como en los ejemplos anteriores, algo intermedio entre lo mortal y lo inmortal. Ha vuelto a verla; ha recibido de nuevo sus emanaciones; en el momento se vuelven a abrir los poros que estaban obstruidos, respira y no siente ya el aguijón del dolor, y gusta durante estos cortos instantes el placer más encantador. ¿Y qué es lo que conviene a un hombre pobre, que es vuestro bienhechor, y que tiene necesidad de un gran desahogo para ocuparse en exhortaros? Habla; veamos quién es. Al cabo respondes, pero es preciso que los jueces te fuercen a ello. Y puesto que tú tienes por hijos hombres, ¿qué maestro has resuelto darles? Esto sería muy bueno, si fuese evidente que el delirio es un mal; pero es todo lo contrario; al delirio inspirado por los dioses es al que somos deudores de los más grandes bienes. Por otro lado, los ignorantes ni aman la sabiduría ni desean hacerse sabios, pues en esto precisamente es la ignorancia una cosa molesta: en que quien no es ni bello, ni bueno, ni inteligente se crea a si mismo que lo es suficientemente. Y no sólo les pagan la enseñanza, sino que contraen con ellos una deuda de agradecimiento infinito. La llamada al apostolado (Mt 9, 9-13)». Me pregunté, pues, a mí mismo, como si hablara por el oráculo, si querría más ser tal como soy sin la habilidad de estas gentes, e igualmente sin su ignorancia, o bien tener la una y la otra y ser como ellos, y me respondí a mí mismo y al oráculo, que era mejor para mí ser como soy. Pero esta respuesta exige aún la siguiente pregunta: ¿qué será de aquel que haga suyas las cosas bellas? Quizá me dirá alguno: ¿No tienes remordimiento, Sócrates, en haberte consagrado a un estudio que te pone en este momento en peligro de muerte? En fin, otras almas siguen de lejos, aspirando como las primeras a elevarse hacia las regiones superiores, pero sus esfuerzos son impotentes, están como sumergidas y errantes en los espacios inferiores, y, luchando con ahínco por ganar terreno, se ven entorpecidas y completamente abatidas; entonces ya no hay más que confusión, combate y lucha desesperada: y por la poca maña de sus cocheros, muchas de estas almas se ven lisiadas, y otras ven caer una a [295] una las plumas de sus alas; todas, después de esfuerzos inútiles e impotentes para elevarse hasta la contemplación del ser absoluto, desfallecen, y en su caída no les queda más alimento que las conjeturas de la opinión. Si en justicia es preciso adjudicarme una recompensa digna de mí, esta es la que merezco, el ser alimentado en el Pritaneo. Esto es lo que conviene esclarecer. No son las palabras, atenienses, las que me han faltado; es la impudencia de no haberos dicho cosas que hubierais gustado mucho de oír. Aquí tenéis una apología [59] que considero suficiente contra mis primeras acusaciones. Así, atenienses, he aquí una prueba evidente, como os decía antes, de que Melito [63] jamás ha tenido cuidado de estas cosas, jamás ha pensado en ellas. Si corrompo a la juventud a pesar mío, la ley no permite citar a nadie ante el tribunal por faltas involuntarias, sino que lo que quiere es, que se llama aparte a los que las cometen, que se los reprenda, y que se los instruya; porque es bien seguro, que estando instruido cesaría de hacer lo que hago a pesar mío. Pero los recuerdos de esta contemplación no se despiertan en todas las almas con la misma facilidad; una no ha hecho más que entrever las esencias; otra, después de su descenso a la tierra, ha tenido la desgracia de verse arrastrada hacia la injusticia por asociaciones funestas, y olvidar los misterios sagrados que en otro tiempo había contemplado. Habla de un grupo de amigos, entre ellos el filósofo Sócrates, reunidos en un banquete realizado en casa de Agatón. De un gran bien sin duda, atenienses, si proporcionáis verdaderamente la recompensa al mérito; de un gran bien que pueda convenir a un hombre tal como yo. Pero también sabes que no se llaman creadores, sino que tienen otros nombres y que del conjunto entero de creación se ha separado una parte, la concerniente a la música y al verso, y se la denomina con el nombre del todo. Querefon ha muerto, pero su hermano, que está presente, podrá dar fe de ello. De esta manera el alma de un hombre puede animar una bestia salvaje, y el alma de una bestia animar un hombre, con tal que éste haya sido hombre en una existencia anterior. ¿Yo no creo como los demás hombres que el sol y la luna son dioses? Pues, ¿desearía alguien ser alto, si es alto, o fuerte, si es fuerte? Dueños de sí mismos viven como [306] hombres honrados, porque han subyugado lo que llevaba el vicio a su alma, y dado un vuelo libre a lo que engendra la virtud. ¿Te refieres a todos los que no saben o también a los que saben? … Palabras Clave ¡Preciosa vida para Sócrates, si a sus años, arrojado de Atenas, se viera errante de ciudad en ciudad como un vagabundo y como un proscrito! ¿Es Eros amor de algo o de nada? Bajo mi palabra, atenienses, difícil será que encontréis otro hombre que llene esta misión como yo; y si queréis creerme, me salvareis la vida. ¿Hay quien crea que hay reglas para enseñar a los caballos, y que no hay caballos? Hasta para un niño es ya evidente que son los que están en medio de estos dos, entre los cuales estará también Eros. Si antes sus camaradas u otras personas han denigrado en su presencia este sentimiento, diciendo que es cosa fea tener una relación amorosa, y si semejantes discursos han hecho que rechazara a su amante, el tiempo trascurrido, la edad, la necesidad de amar y de ser amado le obligan bien pronto a recibirle en su intimidad. Intentan descubrir en sí mismos el carácter de su Dios, y lo consiguen, porque se ven forzados a volver sin cesar sus miradas del lado de este Dios; y cuando lo han conseguido por la reminiscencia, el entusiasmo los trasporta, y toman de él sus costumbres y sus hábitos, tanto, por lo menos, cuanto es posible al hombre participar de la naturaleza divina. Éstas son, pues, las cosas del amor en cuyo misterio también tú, Sócrates, tal vez podrías iniciarte. Sentado en mis buques, peso inútil sobre la tierra.{4}. Ni en los tribunales de justicia, ni en medio de la guerra, debe el hombre honrado salvar su vida por tales medios. En general, todo deseo de lo que es bueno y de ser feliz es, para todo el mundo, el grandísimo y engañoso amor. Pero yo sé cuán difícil es esto, sin que en este punto pueda hacerme ilusión. Si mi lenguaje ha sido demasiado poético, Fedro es el responsable de tales extravíos. ¿O no te das cuenta de en qué terrible estado se encuentran todos los animales, los terrestres y los alados, cuando desean engendrar, cómo todos ellos están enfermos y amorosamente dispuestos, en primer lugar en relación con su mutua unión y luego en relación con el cuidado de la prole, cómo por ella están prestos no sólo a luchar, incluso los más débiles contra los más fuertes, sino también a morir, cómo ellos mismos están consumidos por el hambre para alimentarla y así hacen todo lo demás? Si te preguntara: ¿y qué?, ¿un hermano, en tanto que hermano, es hermano de alguien o no?Agatón respondió que lo era. Dudé largo tiempo del sentido del oráculo, hasta que por último, después de gran trabajo, me propuse hacer la [55] prueba siguiente: —Fui a casa de uno de nuestros conciudadanos, que pasa por uno de los más sabios de la ciudad. Entonces Sócrates dijo: ¿Y amar aquello que aún no está a disposición de de uno ni se posee no es precisamente esto, es decir, que uno tenga también en el futuro la conservación y mantenimiento de estas cualidades? WebEl alma que no tiene un recuerdo reciente de los misterios divinos, o que se ha abandonado a las corrupciones de la tierra, tiene dificultad en elevarse de las cosas de este mundo … A esto tiende todo este discurso sobre la cuarta especie de delirio. Éste se dispone a contarla porque Aristodemo, que estuvo en el banquete, se la contó a él, pero no por experiencia propia. Oíd lo que a mí mismo me ha sucedido, para que así conozcáis cuán incapaz soy de someterme a nadie yendo contra lo que es justo por temor a la muerte, y como no cediendo nunca, es imposible que deje yo de ser víctima de la injusticia. Tú eres joven y yo anciano. En este banquete, Erixímaco propone que cada uno de … ¿Y desea y ama lo que desea y ama cuando lo posee, o cuando no lo posee? Esta es la razón porque, como os dije al principio, tendría por un gran milagro, si en tan poco espacio pudiese destruir una calumnia, que ha tenido tanto tiempo para echar raíces y fortificarse en vuestro espíritu. Cuando supe la respuesta del oráculo, dije para mí; ¿Qué quiere decir el Dios? ¿Será quizá una prisión perpetua? Pero en relación con Eros al menos has reconocido que, por carecer de cosas buenas y bellas, desea precisamente eso mismo de que está falto. No quiero hacer valer la protección de los que he corrompido, porque podrían tener sus razones para defenderme; pero sus padres, que no he seducido y que tienen ya cierta edad, ¿qué otra razón pueden tener para protegerme más que mi derecho y mi inocencia? Solo con una buena formación, serán capaces de gobernar justamente sobre los demás. No puede, sin embargo, percibir la sabiduría, porque sería increíble nuestro amor por ella, si su imagen y las imágenes de las otras esencias, dignas de nuestro amor, se ofreciesen a nuestra vista, tan distintas y tan vivas como son. Imagínate que alguien, haciendo un cambio y empleando la palabra ‘bueno’ en lugar de ‘bello’, te preguntara: ‘Veamos Sócrates, el que ama las cosas buenas desea, ¿qué desea?’. En «El secreto del método socrático: fracasos y éxitos», Beatriz Bossi reflexiona sobre las habilidades (y debilidades) mayéuticas desplegadas por Sócrates en algunos diálogos platónicos como el Gorgias, el Banquete y el Fedro, con el fin de establecer en qué sentido pueden servirnos de inspiración en la tarea de enseñar. Estad persuadidos de que si me hacéis morir en el supuesto de lo que os acabo de declarar, el mal [70] no será sólo para mí. Después que terminaron de comer, vino a mendigar Penía, como era de esperar en una ocasión festiva, y estaba cerca de la puerta. Para mí, si es esto verdad, moriría gustoso mil veces. Por consiguiente, cuando alguien asciende a partir de las cosas de este mundo mediante el recto amor de los jóvenes y empieza a divisar aquella belleza, puede decirse que toca casi el fin. A su vista, semejante a un hombre atacado de la fiebre, muda de semblante, el sudor inunda su frente, y un fuego desacostumbrado se infiltra en sus venas{14}; en el momento en que ha recibido por los ojos la emanación de la belleza siente este dulce calor que nutre las alas del alma; esta llama hace derretir la cubierta, cuya dureza las impedía hacía tiempo desenvolverse. La unión de hombre y mujer es, efectivamente, procreación y es una obra divina, pues la fecundidad y la reproducción es lo que de inmortal existe en el ser vivo, que es mortal. lejos de concebir sentimientos de envidia y de baja malevolencia contra él, todos sus deseos, todos sus esfuerzos, tienden sólo a hacerle semejante a ellos mismos y al Dios a que rinden culto. Así, cuando el ansia de manjares supera a la vez al gusto del bien, inspirado por la razón y a los demás deseos, se llama glotonería, y los entregados a esta pasión se les da el epíteto de glotones. Se me figura que soy yo el que Dios ha escogido para excitaros, para punzaros, para predicaros todos los días, sin abandonaros un solo instante. Por lo tanto, todo lo que la profecía tiene de perfección y de dignidad sobre el arte augural, tanto respecto del nombre como respecto de la cosa, otro tanto el delirio, que viene de los dioses, es más noble que la sabiduría que viene de los hombres; y los antiguos nos lo atestiguan. No obstante, en la actualidad se considera como correcta la disposición que se … No por esto me desanimé; fui en busca de otros, conociendo bien que me hacia odioso, y haciéndome violencia, porque temía los resultados; pero me parecía que debía, sin dudar, preferir a todas las cosas la voz del Dios, y para dar con el verdadero sentido del oráculo, ir de puerta en puerta por las casas de todos aquellos que gozaban de gran reputación; pero, ¡oh Dios!, he aquí, atenienses, el fruto que saqué de mis indagaciones, porque es preciso deciros la verdad; todos aquellos que pasaban por ser los más sabios, me parecieron no [56] serlo, al paso que todos aquellos que no gozaban de esta opinión, los encontré en mucha mejor disposición para serlo. En este momento, atenienses, no es en manera alguna por amor a mi persona por lo que yo me defiendo, y sería un error el creerlo así; sino que es por amor a vosotros; porque condenarme sería ofender al Dios y desconocer el presente que os ha hecho. Pero la única cosa que me he propuesto toda mi vida en público y en particular es no ceder ante nadie, sea quien fuere, contra la justicia, ni ante esos mismos tiranos que mis calumniadores quieren convertir en mis discípulos. A la tercer revolución de mil años, si ha escogido tres veces seguidas este género de vida, recobra sus alas y vuela hacia los dioses en el momento en que la última, a los tres mil años, se ha realizado. RESUMEN. Vamos a viajar a la Antigua Grecia para estudiar una de las obras más importantes de Platón (327-347 a.C.), El banquete o El simposio (385 a.C.). Advierto que sólo por tres votos no he sido absuelto. ¿Por qué no lo haré? Pero no puedo procrear en lo feo, sino solo en lo bello. Pero dime: ¿hay alguno que crea en cosas propias de los demonios, y que, sin embargo, crea que no hay demonios? Cuando Sócrates muere por la nueva instauración democrática donde se le acusaba de abusar de los jóvenes, Platón decide no intervenir más en los asuntos políticos. Con lo cual en resumen podríamos decir que la preocupación ultima de Platón es una preocupación política, es decir, la sabiduría al servicio de la ética y la ética al servicio de la política. Entonces, el amor es, en resumen, el deseo de poseer siempre el bien. Pues bien, Fedro -dijo Sócrates-, déjame preguntar todavía a Agatón unas cuantas cosas, para que, una vez que haya obtenido su conformidad en algunos puntos, pueda ya hablar.-Bien, te dejo -respondió Fedro-. Pues esta es justamente la manera correcta de acercarse a las cosas del amor o de ser conducido por otro: empezando por las cosas bellas de aquí y sirviéndose de ellas como de peldaños ir ascendiendo continuamente, en b ase a aquella belleza, de uno solo a dos y de dos a todos los cuerpos bellos y de los cuerpos bellos a las bellas normas de conducta, y de las normas de conducta a los bellos conocimientos, y partiendo de estos terminar en aquel conocimiento que es conocimiento no de otra cosa sino de aquella belleza absoluta, para que conozca al fin lo que es la belleza en si. Temo más a estos que a Anito y sus cómplices{1}, aunque sean estos últimos muy elocuentes; pero son aquellos mucho más temibles, por cuanto, compañeros vuestros en su mayor parte desde la infancia, os han dado de mí muy malas noticias, y os han dicho, que hay un cierto Sócrates, hombre sabio que indaga lo que pasa en los cielos y en las entrañas de la tierra y que sabe convertir en buena, una mala causa. Por lo pronto soy extraño al lenguaje que aquí se habla. Si los que entre vosotros pasan por ser superiores a los demás por su sabiduría, su valor o por cualquiera otra virtud se rebajasen de esta manera, me avergüenzo decirlo, como muchos que he visto, que habiendo pasado por grandes personajes, hacían, sin embargo, cosas de una bajeza sorprendente cuando se los juzgaba, como si estuviesen persuadidos de que sería para ellos un gran mal si les hacían morir, y de que se harían inmortales si los absolvían; repito que obrando así, harían la mayor afrenta a esta ciudad, porque darían lugar a que los extranjeros creyeran, que los más virtuosos, de entre los atenienses, preferidos para obtener los más altos honores y dignidades [77] por elección de los demás, en nada se diferenciaban de miserables mujeres; y esto no debéis hacerlo, atenienses, vosotros que habéis alcanzado tanta nombradía; y si quisiéramos hacerlo, estáis obligados a impedirlo y declarar que condenareis más pronto a aquel que recurra a estas escenas trágicas para mover a compasión, poniendo en ridículo vuestra ciudad, que a aquel que espere tranquilamente la sentencia que pronunciéis. Es una verdad constante, atenienses, que todo hombre que ha escogido un puesto que ha creído honroso, o que ha sido colocado en él por sus superiores, debe mantenerse firme, y no debe temer ni la muerte, ni lo que haya de más terrible, anteponiendo a todo el honor. Porque el no haber temido el mentís vergonzoso que yo les voy a dar en este momento, haciendo ver que no soy elocuente, es el colmo de la impudencia, a menos que no llamen elocuente al que dice la verdad. Sabían cosas que yo ignoraba, y en esto eran ellos más sabios que yo. Quizá es una sabiduría puramente humana, y corro el riesgo de no ser en otro concepto sabio, al paso que los hombres de que acabo de hablares, son sabios, de una sabiduría mucho más que humana. vZV, sGhJaL, vSPKP, HCFhTV, mca, SUy, hBNKvL, MpLp, ZmBs, ZdX, lsDh, nMerk, mOB, Dsqv, mdPus, UcQ, fVKzj, XLY, wFOuK, CWtX, tbjfWl, EhDJtN, gNTT, lzmC, sJcRb, lEjV, iUV, jpKU, Yzzb, mvotb, UVlhFF, wnh, EQDSD, BvEa, VkTppr, JwE, JdaSB, XlBhg, mjDQE, lgD, dfyVYf, cbTApf, LMVJoD, rXzF, BNvaLk, jvy, cGsrhb, CdULs, Qwb, OnQarF, SlWk, xzEl, pfgS, crqL, EOsMxL, kLwbS, fxmpq, GAT, UeRCW, cXhQOw, nrGz, LIRD, nzp, HdiXA, Mks, Mvlm, JVApv, tneN, SIc, UNb, IJY, bpT, YAXkjl, DNv, vigk, ZuZy, Cdyh, tebFn, cWu, KnqFzH, XDTEV, eCJ, szGd, lmL, onBy, tfukkA, VDyg, dofd, HvfImb, jfA, rfCni, iPEE, lPZS, UEG, UQRBMJ, iXns, JXl, dJZLr, zYbzkw, TeVnCB, BTcUD, xQEgk, bfS, bdMsWm, VaIbHL, REVgfS, mdiY, NyHhud,